lunes, 29 de julio de 2013

RELACIÒN DE LOS ATAQUES DE IRA Y EL RIESGO DE INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO

CADA VEZ , EXISTEN MAYORES EVIDENCIAS SOBRE EL ESTADO DE ÀNIMO COMO CONDICIONANTE DE UN INFARTO AGUDO AL MIOCARDIO. POR ELLO, MANTENERNOS DE BUEN HUMOR, CON UNA BUENA CALIDAD DE VIDA, PODRÌA SIGNIFICAR RETARDAR ESTE EVENTO QUE , EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS , ES FATAL.
El objetivo de este estudio fue explorar la asociación entre arrebatos de ira y el riesgo de infarto agudo de miocardio (IAM).
Los arrebatos de ira se asocian con un aumento brusco de los eventos cardiovasculares, sin embargo, aún se desconoce si mayores niveles de intensidad de la ira están asociados con mayores niveles de riesgo de IAM o si potencialmente factores modificables pueden mitigar el riesgo a corto plazo de la AMI. 
Se realizó un análisis de casos cruzados de 3.886 participantes de los Determinantes multicéntricos de inicio del estudio infarto de miocardio, que fueron entrevistados durante el índice de hospitalización por IAM 1989-1996. 
Se comparó el número observado y la intensidad de arrebatos de ira en las 2 horas previas al inicio de los síntomas , con la frecuencia esperada, de acuerdo con la información de control de cada paciente, que se define como el número de arranques de ira en el año anterior. 

De los 3.886 participantes en los determinantes de inicio del estudio de infarto de miocardio, 1.484 (38%) informaron de ataques de ira en el año anterior. La tasa de incidencia de IAM  se elevó 2,43 veces (IC 95% 2,01-2,90) dentro de las 2 horas de un arranque de ira. 

La asociación fue consistentemente más fuerte con el aumento de la intensidad de la ira (p <0.001). 
En conclusión, el riesgo de sufrir IAM fue más de dos veces mayor después de los estallidos de ira ,en comparación con otras veces, y la mayor intensidad de la ira se asocia con mayores riesgos relativos. En relación con los no usuarios, los usuarios habituales de β-bloqueadores tuvieron una menor susceptibilidad a los ataques cardíacos provocados por la ira, lo que sugiere que algunos fármacos pueden disminuir el riesgo de cada episodio de ira. 


FUENTE:  American Journal of Cardiology- 
Vol 112, Number 3 , Páges 343-348, August 1st,2013

lunes, 15 de julio de 2013

LA VACUNA CONTRA LA NEUMONÌA REDUCE LAS HOSPITALIZACIONES EN EEUU


ESTE ESTUDIO CONFIRMA QUE LA VACUNACIÒN ES UNA EXCELENTE ESTRATEGIA DE PREVENCIÒN DE ENFERMEDADES QUE PUDIERAN SER MORTALES, COMO LA NEUMONÌA, ESPECIALMENTE EN LAS EDADES EXTREMAS DE LA VIDA, DURANTE LA INFANCIA O EN LOS ADULTOS MAYORES.

La vacuna contra siete serogrupos causantes de la neumonía que se usa en Estados Unidos desde 2000 previno 168.000 hospitalizaciones anuales por la infección y su eficacia no disminuye en el tiempo.
El mayor beneficio se observó en los mayores de 85 años, en los que la vacuna antineumocócica conjugada sietevalente (Prevnar) evitó 73.000 internaciones por año.
Los niños menores de dos años también fueron los más beneficiados; en ese grupo se evitaron 47.000 hospitalizaciones anuales por neumonía, una reducción del 43 por ciento respecto del período previo a la aparición de la vacuna, según publica el equipo en el New England Journal of Medicine.
"Estas son sólo las hospitalizaciones", dijo la autora principal, doctora Marie Griffin, del Centro Médico de Vanderbilt University en Nashville en Tennessee. "Es apenas un efecto de la vacuna. También está previniendo infecciones de oído y consultas ambulatorias. Es una vacuna sorprendente", añadió.
El equipo de Griffin calculó que en todos los grupos etarios se evitaron 12.000 muertes anuales en los últimos 12 años, especialmente en los mayores de 75 años. En ese grupo, la neumonía es fatal en el 7-12 por ciento de los que adquieren la infección.
Desde 2010 existe una nueva vacuna, Prevnar 13, que protege de otros seis serogrupos causantes de la neumonía. "Se está esperando otras gran reducción de casos", dijo Griffin.
La disminución de las tasas de internación, y su mantenimiento, luego de la aparición de la vacuna sietevalente en el calendario de inmunizaciones de Estados Unidos aleja la preocupación de que otros serogrupos que la vacuna no cubre aumenten su circulación.
"Se pensaba que aumentarían (los serogrupos) que no están incluidos en la vacuna y eso no sucedió, lo que es una buena noticia", dijo el doctor Paul Goepfert, director de la Clínica para la Investigación de Vacunas de University of Alabama, Birmingham, y que no participó del estudio.
El equipo halló también que, en todos los grupos etarios, el tiempo en el hospital durante el tratamiento se redujo con la incorporación de la vacuna al calendario.
El efecto de la vacuna en las internaciones de niños y adolescentes (entre 5 y 17 años) y adultos (entre 18 y 39 años) no fue significativo, pero esos grupos tuvieron las tasas más bajas de hospitalización desde la incorporación de la vacuna. La neumonía producía el 4 por ciento de las hospitalizaciones de Estados Unidos, sin incluir los partos, antes del uso de la vacuna sietevalente.
Griffin señaló que esa disminución de las tasas de internación ocurrió aunque los niños son los únicos que reciben la vacuna antineumocócica de manera rutinaria. "Es una muy buena demostración de la inmunidad en la infancia", dijo Goepfert, que agregó que los resultados aportan más evidencia que los médicos pueden usar para convencer a los padres que suelen no vacunar a sus hijos.
FUENTE: New England Journal of Medicine, online 10 de julio del 2013.

RELACIONAN LA GRASA ABDOMINAL CON MAYORES RIESGOS DE ENFERMEDADES CARDIACAS Y CÀNCER


LAS PROBABILIDADES DE ENFERMEDAD FUERON MAYORES QUE CUANDO LA GRASA SE HALLABA EN OTROS LUGARES DEL CUERPO, REPORTAN LOS INVESTIGADORES. COMER SALUDABLEMENTE TRES COMIDAS AL DÍA , TENER ACTIVIDAD FÍSICA COMO CAMINAR 30 MINUTOS AL DÍA , CONTROL DEL PESO CORPORAL Y EVITAR FUMAR, HARÁN QUE LA GRASA DISMINUYA SU ACUMULACIÓN EN EL ABDOMEN Y EN EL RESTO DEL CUERPO.
Las personas con exceso de grasa en el vientre están en mayor riesgo de enfermedades cardiacas y de cáncer que las que tienen grasa en otras áreas del cuerpo, halla un estudio reciente.
Los investigadores utilizaron Tomografìa Computarizada para evaluar la grasa en el abdomen, alrededor del tejido cardiaco y alrededor de la arteria aórtica ,en más de 3,000 estadounidenses con una edad promedio de 50 años. Entonces, se les dio un seguimiento durante hasta siete años.
Durante ese seguimiento, hubo 90 eventos cardiovasculares, 141 cánceres y 71 muertes. La grasa abdominal, que por lo general se refiere a la grasa que rodea a los órganos internos, se asoció con un mayor riesgo de enfermedades cardiacas y cáncer, hallaron los investigadores.
Los hallazgos,  podrían explicar por qué las personas con un índice de masa corporal (IMC) similar pero distintos tipos de cuerpo tienen diferentes problemas de salud relacionados con la obesidad. El IMC es una medida de la grasa corporal basada en la estatura y el peso.
"Al contrario de lo que decían estudios publicados anteriormente que comparaban el IMC y la circunferencia de la cintura, la presencia de grasa abdominal favoreció la capacidad de predecir las enfermedades cardiovasculares, lo que respalda la hipótesis de que la grasa abdominal podría subyacer parcialmente a la asociación entre la grasa corporal y las enfermedades cardiacas y el cáncer", apuntó  la autora principal del estudio, la Dra. Caroline Fox, investigadora principal del Laboratorio de Salud Metabólica y Poblacional del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EE. UU.
"Dada la epidemia mundial de obesidad, la identificación de los individuos en alto riesgo es importante, ya que permite dirigir las medidas preventivas y terapéuticas", señaló en el comunicado de prensa la autora del estudio, la Dra. Kathryn Britton, profesora de medicina del Hospital Brigham and Women's, en Boston.
Aunque el estudio descubrió una asociación entre tener más grasa abdominal y el desarrollo de las enfermedades cardiacas y el cáncer, no probó causalidad.

FUENTE: Journal of the American College of Cardiology, news release, July 10, 2013.

domingo, 7 de julio de 2013

Mayor incidencia en Cancer de Mama y Cuello Uterino.

Más de 8 mil nuevos casos de cáncer de mama y cuello uterino son detectados cada año en el Perú y el  40% de ellos, es diagnosticado en fases avanzadas.

Así lo advirtió la presidenta ejecutiva de Essalud, Virginia Baffigo quien precisó que Essalud atiende y brinda tratamiento a más del 70% de los cánceres en el Perú, teniendo a la neoplasia de mama como la primera causa de muerte entre sus aseguradas y  la de cuello uterino, como la segunda.

“Es lamentable que anualmente mueran 4 mil mujeres como consecuencia de estas neoplasias”, precisó la titular de Essalud durante la Megaferia  “cuídate bien, para querer bien” en San Juan de Lurigancho.
En ese sentido, invocó a la población a realizase anualmente los chequeos que sean necesarios para prevenir enfermedades que tratadas a tiempo, tienen un mejor manejo.

Durante su recorrido por los diversos stands, Baffigo  sostuvo que la institución considera prioritario desarrollar campañas de sensibilización e información, ya que una detección temprana puede disminuir notablemente la incidencia y mortalidad de estas neoplasias.

Rpp, 7/7/2013

Remedios para el resfriado

Cuidados del sistema digestivo

lunes, 1 de julio de 2013

LA COMBINACIÒN DE DIETA Y EJERCICIO NO REDUCE LOS RIESGOS CARDÍACOS EN LOS PACIENTES CON DIABETES TIPO 2


UN ESTUDIO DE PACIENTES DIABÈTICOS CON SOBREPESO HALLÒ QUE LOS CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA PODRÌAN PREVENIR COMPLICACIONES COMO LA INSUFICIENCIA RENAL Y LOS DAÑOS OCULARES.LA DIABETES ES UNA ENFERMEDAD QUE AFECTA ÒRGANOS MUY IMPORTANTES COMO EL CEREBRO, CORAZÒN, RIÑONES, OJOS,LOS VASOS SANGUÍNEOS, ETC.POR ELLO, TODAS LAS MEDIDAS QUE SE REALIZAN PARA TENER UNA BUENA CALIDAD DE VIDA Y PREVENIR COMPLICACIONES , DEBEN SEGUIRSE DURANTE TODA LA VIDA, SIN OLVIDAR LOS MEDICAMENTOS PRESCRITOS POR EL MEDICO TRATANTE. 

La pérdida de peso obtenida a través de la dieta y el ejercicio no parece reducir el riesgo de problemas cardíacos entre las personas con diabetes, halla un estudio reciente.
Desde hace tiempo los cambios en el estilo de vida son el fundamento del tratamiento de la diabetes tipo 2. Los médicos aconsejan a los pacientes que coman con cuidado y que se mantengan activos para ayudar a controlar la glucemia y reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo, que incluyen un riesgo de al menos el doble de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares (ACV).
Pero el nuevo estudio, que aparece en la edición en línea del 24 de junio de la revista New England Journal of Medicine, sugiere que los beneficios de la dieta y del ejercicio podrían ser más limitados de lo que se pensaba.
Aún así, los investigadores señalan que las personas con diabetes no deben darse por vencidos en sus esfuerzos por comer menos y moverse más. Unos hallazgos adicionales del estudio, que está siendo presentado en la reunión de la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association), en Chicago, muestran que los cambios en el estilo de vida podrían tener beneficios más allá del corazón, e incluir una reducción en los riesgos de insuficiencia renal y el daño ocular que puede provocar ceguera.
Para el ensayo, los investigadores dividieron a más de 5,000 adultos con diabetes tipo 2 en dos grupos. Se asignó al primer grupo a perder peso mediante el ejercicio y la reducción de las calorías. Se les dio una meta de comer entre 1,200 y 1,800 calorías al día, y de realizar al menos 175 minutos de ejercicio de intensidad moderada cada semana.
Para acelerar la pérdida de peso, los participantes utilizaron batidos y barritas de dieta como sustitutos de hasta dos comidas al día. Si no habían perdido el diez por ciento de su peso inicial a los seis meses, también podían tomar el fármaco orlistat, que bloquea la grasa, y que se vende sin receta como Alli, durante un periodo corto.
El otro grupo de comparación se reunía tres veces al año para sesiones grupales de asesoría. Se les dieron lecciones sobre la importancia de usar el ejercicio, la dieta y el respaldo social para ayudar a gestionar la afección.
Todos los participantes tenían sobrepeso, y entre 45 y 75 años de edad. Su peso inicial promedio era de unas 220 libras (100 kilos). La mayoría habían vivido con la diabetes durante al menos cinco años.
Las personas de ambos grupos perdieron peso y la mayoría lograron no recuperarlo. Pero la pérdida de peso fue modesta. Tras un año, las personas en el grupo de dieta y ejercicio habían perdido alrededor del ocho por ciento de su peso inicial, equivalente a unas 18 libras (8 kilos). Aunque durante los ocho años siguientes recuperaron parte de ese peso, lograron no recuperar una pérdida del seis por ciento, un promedio de alrededor de 14 libras (6.4 kilos). El grupo de comparación perdió unas 10 libras (4.5 kilos) en el estudio, una diferencia de alrededor del 2.5 por ciento entre ambos grupos.
Pero el grupo que comió menos y se movió más sufrió la misma cantidad de ataques cardiacos, ACV, muertes relacionadas con el corazón y hospitalizaciones por dolor de pecho que el grupo de comparación.
Los resultados fueron tan similares entre ambos grupos que el otoño anterior los investigadores detuvieron el ensayo unos cuatro años antes de lo que planificaron originalmente, debido a su "futilidad". Los investigadores dijeron que podría haber varios motivos de que no vieran una diferencia en los problemas cardiacos entre los dos grupos. Uno fue la pérdida de peso, relativamente modesta.
"Y quizás no es suficiente para ver esta diferencia", apuntó la autora del estudio, Rena Wing. "Quizás se necesiten unas pérdidas más considerables". Wing es directora del Centro de Investigación del Control del Peso y la Diabetes del Hospital Miriam, afiliado con la Universidad de Brown en Providence, Rhode Island.
Los estudios han mostrado que la cirugía bariátrica, que por lo general conduce a una pérdida de peso más dramática además de cambios significativos en la química metabólica, podría tener unos beneficios más pronunciados para las personas con diabetes, aunque "también conlleva más riesgos", apuntó Wing.
Los participantes del nuevo estudio estaban relativamente sanos cuando comenzó. El nivel promedio de hemoglobina A1C, una medida de qué tan bien controlan los pacientes la glucemia con el tiempo, era de 7.2 en el grupo de cambios en el estilo de vida y de 7.3 en el grupo de control. La meta para la mayoría de personas con diabetes es un nivel de A1C por debajo de 7, apuntó la Dra. Minisha Sood, directora del comité de la diabetes del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. "Esas personas estaban bastante cerca de su objetivo de A1C", apuntó Sood.
Comentó que la dieta y el ejercicio podrían tener unos beneficios cardiacos más importantes entre los pacientes que no están tan bien controlados.
Además, el grupo de comparación tomó más fármacos para proteger el corazón, sobre todo estatinas para reducir el colesterol, que el grupo de dieta y ejercicio. El grupo de comparación tenía un colesterol LDL o "malo" promedio más bajo durante todo el estudio, lo que podría significar que la dieta y el ejercicio funcionan tan bien como los fármacos que protegen al corazón, no que los cambios en el estilo de vida no funcionen para nada.
De hecho, la tasa de eventos cardiacos dos años después del inicio del estudio fue más baja de lo que los investigadores habían anticipado, llevándoles a ajustar las metas principales del estudio para incluir una medida más controversial de la enfermedad cardiaca, los episodios de dolor en el pecho suficientemente graves como para provocar una hospitalización. Los episodios de dolor en el pecho fueron similares en los dos grupos y podrían haber disminuido la capacidad del estudio de detectar diferencias en los eventos más graves, como los ataques del corazón y los ACV.
Un experto dijo que el hecho de que el estudio se detuviera temprano podría haber afectado los resultados. "Me parece que el ensayo se detuvo demasiado pronto", comentó el Dr. Frank Sacks, profesor de prevención de las enfermedades cardiovasculares en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard. Sacks observó el estudio, pero no participó en la investigación. "Esto puede producir una subestimación del efecto del tratamiento".
El mensaje es que quizás la pérdida de peso no sea suficiente para proteger a las personas con diabetes de las enfermedades cardiacas, aunque quizás tenga beneficios importantes que vayan más allá del corazón.
Sin embargo Wing, la autora del estudio, dijo que los investigadores hallaron muchos más motivos por los cuales los médicos deben seguir recomendando la dieta y el ejercicio a sus pacientes. Estos hallazgos no fueron parte de los resultados principales del estudio que apareció en la NEJM, pero fueron presentados en la reunión de la diabetes.
Algunas de las mejoras más importantes se relacionaron con el daño que la diabetes puede provocar en los vasos sanguíneos más pequeños del cuerpo. Esas complicaciones microvasculares de la diabetes pueden dañar a los riñones, lo que con frecuencia conduce a la diálisis, y a la retina del ojo, lo que puede provocar ceguera.
"Una intervención intensiva en el estilo de vida redujo el riesgo de enfermedad renal crónica en un 31 por ciento", señaló Wing. "Tuvimos un efecto muy marcado sobre el desarrollo de la enfermedad renal crónica de alto riesgo. También mostramos un beneficio en términos de la enfermedad ocular reportada por los mismos participantes".
Las personas que realizaron cambios en el estilo de vida también tuvieron una depresión menos grave, y un mejor funcionamiento físico que las personas en el grupo de comparación. Dado que necesitaron menos medicamentos y acudieron al hospital con menos frecuencia que las personas en el grupo de control, ahorraron dinero en su atención médica (unos 600 dólares al año o 5,000 dólares en el transcurso del estudio).
"Eso es bastante notable", aseguró Sood del Hospital Lenox Hill, quien seguirá recomendando cambios en el estilo de vida que conduzcan a perder peso, aunque sus motivos para hacerlo experimentarán un ligero cambio. "Ahora contamos con datos que muestran que la calidad de vida, la depresión y otras complicaciones mejoran".

FUENTE:  New England Journal of Medicine, June 24, 2013 ,online

CIERTOS TIPOS DE ENFERMEDAD DEL HÌGADO AUMENTAN EL RIESGO DE PROBLEMAS DEL CORAZÒN , SEGÙN UN ESTUDIO


LAS PERSONAS CON ENFERMEDAD DEL HÌGADO GRASO NO ALCOHÒLICO DEBEN SOMETERSE A EVALUACIONES CORONARIAS. CADA VEZ  EXISTEN INVESTIGACINES QUE RELACIONAN EL HÍGADO GRASO NO ALCOHÒLICO CON PADECER DEL CORAZÒN. EL CAMBIO DE ESTILO DE VIDA, LA ACTIVIDAD FÍSICA Y UNA DIETA SALUDABLE PREVIENEN AMBAS ENTIDADES CLÍNICAS.
Un estudio reciente añade a la creciente evidencia de un vínculo entre una enfermedad común del hígado asociada con la obesidad y un alto riesgo de enfermedad del corazón.
Las personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico sufren de una acumulación de grasa en el hígado que no es provocada por la ingesta de alcohol. La grasa puede provocar inflamación y cicatrización del hígado, y avanzar hasta convertirse en una afección potencialmente letal.
Los nuevos hallazgos "sugieren que los pacientes de enfermedades de la arteria coronaria deben ser evaluados por enfermedad del hígado, y de la misma forma [los pacientes de enfermedad del hígado graso no alcohólico] deben ser evaluados por enfermedad de la arteria coronaria", planteó el Dr. Rajiv Chhabra, gastroenterólogo del Centro de Gestión de la Enfermedad del Hígado del Sistema de Salud Saint Luke.
Los investigadores observaron Tomografías Computarizadas  del abdomen superior de casi 400 pacientes y hallaron que ,quienes tenían enfermedad del hígado graso no alcohólico eran más propensos a sufrir enfermedad de la arteria coronaria. El efecto de la enfermedad del hígado graso no alcohólico fue más potente que otros factores de riesgo más tradicionales de las enfermedades cardíacas, como fumar, la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto, el síndrome metabólico y el sexo masculino.
Chhabra llevó a cabo el estudio con un colega, el Dr. John Helzberg. Los hallazgos fueron presentados recientemente en la reunión anual de la Asociación Americana de Gastroenterología (American Gastroenterological Association).
Los tratamientos actuales para la enfermedad del hígado graso no alcohólico incluyen cambios en la dieta, hacer ejercicio y una mayor vigilancia.
La enfermedad del hígado graso no alcohólica es el trastorno hepático más común en los países occidentales, y es una preocupación creciente para los médicos debido a las tasas en aumento de obesidad y diabetes.
"Si las tendencias actuales continúan, se anticipa que la prevalencia de [la enfermedad del hígado graso no alcohólico] aumente a un 40 por ciento de la población para 2020", apuntó Helzberg en un comunicado de prensa del Sistema de Salud Saint Luke.
FUENTE: Saint Luke's Health System, news release, June 20, 2013